Avispa Cazatarántulas

Decidimos salir a dar una vuelta por entre la vegetación y los pastizales típicos de las praderas cercanas al bosque de El Canelo, en El Quisco. Estaba lleno de unas plantas con pequeñas pelotas verdes llamadas Chupallas. Entonces, nos detuvimos a tomar aire mientras mirábamos el mar distante. Entonces, como siempre, mi papá me advirtió de algo que se movía en las pelotas de las Chupallas. Yo no atinaba a nada. Traté de sacar fotos desde lejos, pero salieron tan malas que no quise hacerlo. Pero él sí estaba preparado. Tomó la cámara, y se acercó lentamente mientras fotografiaba al insecto negro que escurdiñaba por la vegetación. Era la Avispa más grande que jamás haya visto. Tenía un color negro brillante y azulado, con unas alas enormes y rojizas; y caminaba con sus lagras patas, de pelota en pelota. Nos encontramos poco después con decenas de estos insectos. Al parecer eran bastante comunes. Desde ese momento a mi madre se le quitaron las ganas de vivir en esos alrededores.